El impacto ecológico producido por los salones de belleza

El impacto ecológico producido por los salones de belleza

La misión de un peluquero(a) es contribuir a que las personas se sientan seguras de su imagen, y que puedan reflejar a través de su look sus emociones y anhelos.

No obstante, hay una lado sucio en el desarrollo del propósito, y es el impacto que tiene la peluquería en el ecosistema para desarrollar esta misión.

Los focos de impacto más importantes se encuentran, por un parte, en el elevado consumo de agua para el lavado del cabello, la electricidad usada (principalmente secadores, iluminación y lavandería), además de los sistemas de climatización (a parafina, gas o eléctrico), necesarios para mantener el confort y el correcto funcionamiento de los proceso químicos propios del rubro.

A esto se suman los residuos químicos y físicos, resultantes de los procesos inherentes al oficio, como son: tintes, decolorantes, productos de lavado, papeles de aluminio y capas de plástico desechables.

Cuando pensamos en peluquería y sus servicios, habitualmente visualizamos cosas bellas, quizás pensamos en un lindo corte o peinado que queremos tener o que vimos en una amiga, o quizás en los tratamientos para que nuestro cabello se vea siempre lindo, pero es ajeno pensar en el impacto que puede tener la vanidad y/o seguridad en el medio ambiente. En las redes sociales de la mayoría de los salones se suele mostrar fotos con efectos de iluminaciones como balayage, ombré, sombré, hi-lights, etc. unos más lindos que otros… pero te has puesto a pensar cuál es el impacto de este servicio?; La mayoría de estos servicios de luces se realizan con papeles de aluminio, que al ser retirados del cabello, con decolorante, van a parar, habitualmente a la basura.

Los peluqueros tardamos en promedio, tres horas en crear un efecto de luces en el cabello, esa persona lo usa por 3 a 6 meses. Los papeles de aluminio, con decolorante, utilizado para este proceso habitualmente van a la basura, y tardan 10 años en descomponerse.

Ejemplos como este en el salón hay varios y existen alternativas más sostenibles, que nos ayudan a mitigar el impacto, como el uso en las iluminaciones de “papeles espuma" (poliestireno expandido (EPS) o poliestireno extruido (XPS) se pueden reutilizar cientos de veces, aunque cuando se rompen debes crear ecoladrillos con ellos, pues, hasta el momento, este material no es reciclable en Chile.

Un salón mediano, genera unos 230 kilos de aluminio al año, si cambia a papel espuma, genera menos de dos kilos de residuos.

Además se recomienda, utilizar productos biodegradables, con envases reciclables y de bajo packaging tener un óptimo aprovechamiento de la luz natural, usar aireadores en las duchas de los lavapelos, utilizar capas y toallas reutilizables, separar y reciclar todo lo que nos sea posible. Si quieres saber más sobre cómo reducir el impacto de tu salón, revisa en el blog la publicación: “Gestos sostenibles para lograr un salón ecológico”.